UN EVENTO RELEVANTE Y DIGNO
DE RECORDAR
Lucas 2:11-18: "Hoy les
ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les
servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un
pesebre». De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a
Dios y decían: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que
gozan de su buena voluntad». Cuando los ángeles se fueron al cielo, los
pastores se dijeron unos a otros: «Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y
que el Señor nos ha dado a conocer». Así que fueron de prisa y encontraron a
María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. Cuando vieron al
niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, y cuantos lo oyeron se
asombraron de lo que los pastores decían."
Fijese:
Unos pastores están cuidando
a las ovejas durante la noche, y de pronto se les aparece un ángel del Señor
para darles noticia de gran gozo: En Belén ha nacido el Salvador del Mundo.
Tremenda noticia, pero además de eso de pronto se abren los cielos y una multitud
de ángeles adora al Señor, proclamando Gloria a Dios en las alturas y Paz en la
tierra a los hombres que confían en Dios. Imagínese la sorpresa, pero luego la
emoción, la Biblia dice que ellos corrieron a Belén a ver a mesías recién
nacido, y luego regresaron testificado lo que habían visto y oído, esto nos
dice cuan relevante fue para los pastores el evento ocurrido, cuán importante
fue el nacimiento del mesías, pero si para ellos fue importante, imagínese para
aquel que abrió los cielos. La Biblia declara que un ejército de ángeles del
cielo adoraba al Niño que acababa de nacer. Era importante, claro que sí, Dios
nos dice a través del apóstol Juan en el evangelio que lleva su nombre en el
capítulo 1 versículos del 9al 14 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo
hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho;
pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Más
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue
hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Juan daba testimonio entonces que la luz de
Dios que resplandece en las tinieblas había venido al mundo, para librar de las
penumbras del pecado y de la muerte.
Así de relevante e
importante era lo que había pasado esa noche y que los pastores habían visto y
testificaban: La luz de Dios llegaba al mundo para vencer las tinieblas. Fue
importante, para los pastores que recibieron la noticia, fue importante para
Dios que envío a sus ángeles a adorarle, porque va a ser un evento sin
importancia para nosotros. Hoy no puedo
dejar de pensar en la necesidad de que esta luz resplandezca en muchos
corazones en medio de tanta oscuridad, imagino a un grupo perdido en medio de
la noche queriendo prender fuego para iluminarse, calentarse, y aun para sobrevivir,
pero la única persona que sabe encender la llama no quiso acompañarles, así veo
las reuniones familiares, donde el creyente en Cristo que tiene la luz no va
con aquellos que quieren ver, pero no saben cómo, y esto porque muchas veces le
restamos relevancia al nacimiento del salvador, de la luz del mundo que vino
para traernos en su muerte y resurrección, salvación y vida eterna. Aquellos pastores daban testimonio, de
aquello tan importante que había ocurrido y para que había ocurrido, para
salvar al mundo, que así podamos nosotros testificar entre los nuestros la
importancia del nacimiento de Jesús. El Señor les bendiga.
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