Hace
poco o quizás no tan poco, según leas estas líneas, Facebook me recordó una
historia que inspiró mi vida en Cristo Jesús y me motivó a servirle con todas
mis fuerzas. Es la historia de la hermana Gloria Rodríguez, una mujer de 73
años con insuficiencia cardiaca, miembro de una iglesia que Dios me permitió
pastorear junto con mi esposa, y que por esas cosas de Dios vivía sola en una
gran casa llena de animales, flores y árboles frutales, entre los que
destacaban sus deliciosas mangas, las toronjas que llegaban a pesar muchas
veces hasta dos kilogramos, y su orgullo, una vid que se descolgaba por un
costado de la casa, cargada de dulces
uvas. Era una delicia sentarse a esperar
su rico café mientras la veías conversar con un hermoso colibrí que revoloteaba
junto a su ventana disfrutando del
néctar de sus amadas flores.
Nunca estoy sola me decía, Chester; su
robusto Golden Retriever; y mis animalitos me acompañan, pero sobre todo mi
Señor Jesús siempre está conmigo, puedo sentirlo junto a mi cuando cocino,
cuando leo, cuando riego las plantas; esta era la afirmación que salía de los
labios, pero sobre todo del corazón de la hermana Gloria, y que te contagiaban
y animaban, fuera cual fuera tu estado anímico al llegar a visitarla.
Un día conversando con la hermana Gloria, le mencioné que mi texto preferido en la Biblia era el
salmo 1 y que me gustaría tenerlo escrito en una pared de la iglesia para
inspirar a los hermanos a la lectura y meditación de las escrituras, al día
siguiente mi hermana Gloria, cuya salud estaba en un estado de gran fragilidad,
se presentó en la iglesia cargada de pinturas y pinceles para estar pintando
durante tres días seguidos un mural que abarcaba toda la pared de la entrada del
local de la iglesia. Era un árbol
plantado junto a corrientes de agua cargado de frutos, y cuya hoja no cae. Era
inspirador ver a esta septuagenaria
trazar líneas con sus pinceles para dar forma a una hermosa obra de arte
mientras sus pies o a veces sus rodillas se afirmaban sobre un andamio
improvisado en el cual alcanzaba las partes más elevadas de la pared que
llegaba a los tres metros de altura.
En ninguno de los miembros de la
congregación había duda del porque esta actitud, entregada, apasionada y
esforzada de nuestra hermana, a pesar de
lo que para muchos podía ser una limitante, siempre nos manifestó su gratitud
para con el Dios de su salvación, de su paz, de su provisión. Una expresión
reiterada de ella era: “Mi Señor me lo ha dado todo”. Estas palabras de la
hermana Gloria, eran en total consonancia con sus acciones que demostraban que
en ella había un corazón realmente agradecido con Dios.
Algún tiempo después la hermana Gloria iría
delante de la presencia de nuestro Señor, pero nos demostró que no hay edad o
condición que te impidan dar lo mejor de ti al Señor. En ella vimos cumplida la
promesa de Dios plasmada en el libro de los Salmos 92:14-15 “Aun en su vejez,
darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos, para proclamar: El Señor es
justo; Él es mi Roca, y en Él no hay injusticia”.
Hoy son necesarios cristianos como Gloria,
como Caleb que a sus 85 años le dijo a Josué: “Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y
cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando
Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y
cinco años. Todavía estoy tan fuerte como
el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza
para la guerra, y para salir y para entrar”. Josué 14:10-11.
No
importa que edad tengas, seas joven o entrado en años, o si tienes mucho o poco
tiempo sirviendo al Señor, no dejes que ninguna persona, ni ninguna
circunstancia te digan que se ha acabado el tiempo para dar lo mejor de ti al
Dios que te dio lo mejor de sí; a su hijo Jesucristo. El tren no se ha pasado.
Sigue adelante, un día escucharas la dulce voz de tu Señor diciendo: “Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; ENTRA EN EL GOZO DE TU SEÑOR”. Mateo 25:23.
Dios te bendiga Mucho.
Pastor Harry Mendoza
Que bello mensaje Pastor Harry, imagínese que orgullo y bendición para mi, el haber nacido de ese vientre, pequeña de tamaño, pero una gran mujer de espíritu, tal como usted dice ella estaba consciente de que todo se lo debía a Dios y así nos enseñó a sus tres hijas, para la Gloria del Señor sigamos sirviéndole porque a él le debemos todo.
ResponderBorrarUna pequeña gran mujer!!! Sus acciones con el prójimo fueron siempre de gran bendición, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesitara. Gracias por tanto en mi vida. Se que estás en un lugar de deleite al lado del altísimo. Mi tía Gloria
ResponderBorrarQue hermoso leer y saber lo apreciada y querida que fue y sigue siendo mi viejita hermosa! Cada día reafirmo mas que no pude tener una mejor vida, un mejor aprendizaje que a su lado... Gracias Dios por dármela en vida, disfrutarla, quererla, admirarla como mujer luchadora, como madre... Hoy día le doy gracias a Dios por todo lo que me diste en vida y fue principalmente tu presencia. Me siento orgulloso de haber compartido desde mi niñez a tu lado, que me educaras, que me formaras como hombre trabajador y de bien. Gracias mamá, gracias abuela, gracias amiga, gracias mi gigante Gloria! Siempre te amaré!!!
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