GRITANDO DESDE EL CORAZÓN Cada mañana la tranquilidad de esta pequeña localidad portuaria llamada Capernaúm, era irrumpida por los pobladores que esperaban expectantes las barcas, anhelantes de verlas llegar repletas de los diversos tipos de peces que tenían su hábitat en el mar de Tiberias. Toda la noche duraba la faena de estos pescadores que impulsaban la economía de toda la región de Galilea (Luc 5:5). Algunas veces la decepción contagiaba los puertos debido a la poca o ninguna pesca, pero en otras oportunidades el regocijo lo impregnaba todo, aun la chiquillería se llenaba de alegría por la buena comida que llegaría a su mesa o los regalos que papá podría comprarle. Ocasionalmente había algún alboroto entre los ciudadanos y los cobradores de impuesto, algunos dedicados a la agricultura y otros a diversos oficios (Mat 13:55), y por supuesto cada séptimo día de la semana los judíos se reunían en las Sinagogas, entre las cuales estaba una que había sido con...